La operación con técnicas de superficie (PRK/Lasek) consiste en la separación del epitelio, que es la capa más superficial de la córnea, empleando una solución especial alcohólica (en este caso no se realiza un flap corneal). A continuación, se aplica el láser Excímer para corregir la curvatura de la córnea y eliminar las dioptrías del problema refractivo (miopía, hipermetropía y/o astigmatismo).
El oftalmólogo vuelve a situar en su lugar el epitelio (en el caso de la técnica Lasek, no si se aplica la técnica PRK) y coloca una lente protectora externa que el paciente llevará durante unos días.
La operación con estos procedimientos dura aproximadamente 10 minutos y, al igual que la técnica LASIK, se lleva a cabo con anestesia tópica (gotas). La mejoría de la visión cuando el cirujano ha aplicado una de estas técnicas será progresiva, pero los resultados visuales serán similares a los que se consiguen con la cirugía láser a través de la técnica Lasik.
Estas técnicas (PRK/Lasek) ofrecen múltiples beneficios desde el punto de vista del paciente que quiere liberarse de las gafas:
Son técnicas de cirugía refractiva con láser poco agresivas.
Tras la operación con Lasek o PRK, se consigue una muy buena calidad visual.
Se pueden corregir graduaciones altas en córneas relativamente finas.
Están aconsejadas para personas que practican deportes de contacto.
Las técnicas de superficie (PRK/Lasek) se suelen aplicar en los siguientes casos, aunque todo dependerá de las características de cada persona, que deben ser analizadas por el médico en la clínica durante una primera consulta preoperatoria:
En pacientes con poco grosor corneal para el problema refractivo que padecen.
En pacientes con tendencia a padecer ojo seco.
En el caso de deportistas profesionales o personas que practiquen deportes de contacto.
Y otros casos por indicación del especialista.
La cirugía refractiva mediante la aplicación de PRK o Lasek tiene como objetivo corregir los problemas refractivos del ojo (miopía, hipermetropía y/o astigmatismo) para que los pacientes puedan desarrollar su actividad habitual sin necesidad de depender de gafas o lentillas.
Estas intervenciones consisten en la aplicación del láser directamente sobre la superficie de la córnea (a diferencia de la técnica Lasik), remodelando su forma y cambiando su perfil, lo que permite la corrección del defecto visual. Antes de aplicar el láser, el cirujano separa la capa más superficial de la córnea, que se regenera espontáneamente. Tras la cirugía, el paciente deberá llevar una lente de contacto terapéutica durante unos días.
La operación con PRK o Lasek se suele aplicar en personas:
La cirugía PRK (photorefractive keratectomy) fue aprobada por la FDA en el año 1995 y desde entonces millones de personas han dicho adiós a las gafas y lentillas gracias a este procedimiento de cirugía refractiva láser.
La principal diferencia entre la operación con la técnica PRK y la técnica Lasek es que en esta última se vuelve a situar en su lugar el epitelio, que es la parte de la córnea que se retira para aplicar el láser Excímer.
A diferencia de con la técnica Lasik, en las operaciones con las Técnicas de Superficie (PRK/Lasek) no se crea un flap corneal, sino que se retira la zona central del epitelio de la córnea para aplicar el láser para corregir las dioptrías de los problemas visuales (miopía, hipermetropía y/o astigmatismo) y eliminar la dependencia de las gafas y lentillas.
Durante la primera consulta preoperatoria el oftalmólogo valora multitud de factores, entre otros, el problema visual que padece el paciente, su graduación en dioptrías, el estado de su córnea o su fondo de ojo. Además, analizará sus antecedentes familiares, criterios personales (estilo de vida, puesto de trabajo...) y otros factores. Teniendo en cuenta todos esos elementos, decidirá qué tratamiento es más adecuado. Por lo tanto, es una decisión que el médico adopta de forma personalizada para cada persona y para cada ojo.
Después de una cirugía con Técnicas de Superficie (PRK/Lasek), el paciente sale de la clínica por su propio pie con la suficiente visión como para caminar y desplazarse, aunque con los ojos levemente irritados y/o llorosos. Puede sentir molestias, y llevará una lente de contacto terapéutica. Al día siguiente verá mucho mejor y, dependiendo del defecto tratado y de la magnitud del mismo, la mejoría visual será progresiva, en días. Sin embargo, será a partir de la retirada de la lente de contacto durante una revisión en la clínica cuando comience a percibir la mejoría. Como ocurre en la mayor parte de las operaciones, a medida que vayan pasando los días, el paciente alcanzará la recuperación de la visión adecuada a su caso.